Texto escrito el 27/06/2020
Escuché hace poco en un video de Jorge Bucay que: "El Miedo, La Vergüenza y La Culpa, son los tres grandes y principales enemigos de la Felicidad; es todo aquello que nos impide ser nosotros mismos."Entonces, me puse a analizarlo, en referencia a mi vida.
Lo primero es, ¿soy feliz? La respuesta es: No. Ahora mismo no puedo decir que soy feliz. Es más, me pregunto... ¿alguna vez lo he sido? Y la respuesta vuelve a ser "no", o al menos, no que yo recuerde.
El caso es que por una cosa o por otra, nunca me he permitido el lujo de serlo.
Por lo cual, apliquemos:
-Miedo: por más vueltas que le doy, creo que ahora mismo solo le tengo miedo a una cosa (bueno, a dos, si contamos a las avispas, pero eso, os aseguro, no me impide ser feliz). Mi miedo, mi mayor miedo, es la soledad. Pero no pienso en ello. Porque lo contrario al miedo es la confianza, y confío en la gente de la que me rodeo, confío en que no me abandonarán. No obstante, les quiero. Y querer a alguien implica dejarle libre. Acompañarle en su camino y ayudarle a aprender a volar y a vivir su vida. Y si en esa vida, acabo no estando, lo tendré que aceptar. Con algunas personas me será más fácil, con otras me resultará casi imposible. Pero tendré que aceptarlo. Porque la otra opción (no aceptarlo) conlleva vivir anclado en el pasado. Y sé que cuando una ventana se cierra, una puerta se abre. Siempre podré seguir conociendo a gente nueva. Nunca estaré solo.. al menos quiero convencerme de ello. Por eso mismo, no pienso en la soledad, porque ahora mismo no estoy solo, y no se puede vivir en el pasado, pero tampoco en el futuro. Hoy por hoy, vivo el hoy. Tampoco es que mi cabeza me dé para pensar en muchas cosas más que en el presente...
En sucesivos posts hablaré de los puntos que me quedan y añadiré otros tantos, que desde mi punto de vista, nos impiden ser felices.
Edit: 11/07/2020:
Aquí estoy, dos semanas después releyendo lo que escribí. ¿Y sabéis? Ya no estoy tan de acuerdo acerca de lo que escribí en el primer punto; el miedo. Así que añadiré lo siguiente:
He descubierto recientemente que en realidad si que hay cosas que me asustan... mucho más que las avispas... Tengo miedo a volver al instituto en septiembre. No por el Coronavirus, no por el aumento de dificultad, ya que es bachillerato, ni siquiera porque los profesores puedan castigarme, cosa que sé que acabará ocurriendo, porque soy difícil, cuando no se sabe cómo llevarme (pocos saben como hacerlo, y yo tampoco es que colabore mucho). Sin embargo, SÍ que tengo miedo por cómo me verá la gente.
Ojo, no me refiero al dichoso "qué dirán", lo cual me da igual. Me refiero al: "como te veo un bicho raro, no solo no me voy a juntar contigo, sino que además, me voy a meter contigo." Aclaro, pues, que no es solo por cómo me vean, lo cual, si es verdad que me tiene que dar igual, sino por cómo actúe la gente en consecuencia. Vamos, que me da un miedo horrible que se sigan metiendo conmigo por seguir siendo diferente. Desgraciadamente, es lo que me temo. Me da miedo lo que me digan también, porque las palabras duelen, y la gente es cruel, y más a estas edades. Tengo miedo de que me insulten o de que se sigan burlando y riendo de mí, pero no en sí por ello. Sino por como suele reaccionar mi mente a ese tipo de situaciones. Y es que, independientemente de que alguien se acabe llevando una os... gracias, en parte, a mi impulsividad, mi problema es que yo, me acabo hundiendo, porque me afecta más de lo que debería. Lo que de verdad me da miedo son esas temibles consecuencias para mi salud mental... (¿y física?)...
Pero lo que más miedo me da ahora mismo, son las consecuencias de mi situación actual en casa. Y es que tengo que tomar una decisión. Una decisión que implicará, o bien, seguir sufriendo, o bien dar un cambio radical a mi vida, un giro de 180° que lo puede poner todo patas arriba, y que puede ser para bien, o para peor. Eso sí que me da miedo.
Y me da miedo todo esto porque siento que muchas de las cosas no dependen de mí. No depende de mí que la gente decida meterse conmigo. Y tampoco tendría que depender de mí tomar una decisión como la que tengo que tomar, si mis padres decidieran reaccionar. Sin embargo, tomar esa decisión sí que, inevitablemente, va a depender de mí, y aún así, tengo miedo de las consecuencias devastadoras que puede ocasionar tanto decidir una cosa como decidir la otra. Ahora toca seguir reflexionando, pero sin comerse la cocorota, "porque eso solo nos va a llevar a un buen dolor de cabeza." De momento, tengo que darle la razón al señor del vídeo; el miedo nos impide ser felices.
-"Nico". (Os dejo por aquí mi presentación: Hola, me llamo NICO. )
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