martes, 16 de junio de 2020

hola, me llamo NICO

hola

Yo, sí yo. Aunque todos se empeñen en conseguir que deje de serlo. Me llamo N… ¿Nico? No, pero vamos a tener que suponer que sí, qué me llamo así.

Isidoro me ha pedido que os cuente mis problemas y también mi forma de buscar soluciones, porque así, dice, os puedo ayudar. Me gustaría pensar que es verdad.


Mi vida no ha sido fácil, a lo mejor está mal decirlo dado que mucha gente si lo está pasando mal de verdad, pero así lo siento yo. Desde la temprana edad de 8 años, he sido acosado en el colegio y en el instituto; en el colegio por mi físico (gordo, ballena, león marino, elefante…), y luego los insultos más tradicionales que creo que no hace falta especificar. Y en el Instituto por envidia, sobre todo por ser diferente. ahí más que insultos ha habido burlas, corritos, risas, desprecios continuos… y lo que más me ha afectado; no tener amigos hasta 4°ESO, pero ahí ya llegaremos. Paralelamente desde que tenía 12 años la situación en mi casa ha ido de mal en peor. En vez de volver del instituto y encontrarme cierto apoyo por parte de mis padres, recibía lo contrario. ¿Por qué? Porque soy diferente. Para mis padres tengo una "enfermedad mental", un "trastorno psicológico" que "no es ni de psicólogo, sino de psiquiatra," porque "necesito medicación."

Bueno, seguro que me estáis imaginando esquizofrénico, drogadicto o simplemente un maltratador. Pero no… mi mayor defecto de cara a mi familia es ser yo; ser un chico. Y eso no es sólo un problema, sino una enfermedad. Nací con cuerpo de chica, eso también hay que reconocerlo. Pero eso da igual, ¿no? Pues a ellos no. No les da igual. No pueden aceptarme. Ni respetarme. Y eso que todavía no lo saben. No se lo he contado. Arde Troya. Lo único que saben es que he pasado de "dejarme vestir a gusto de mis padres" a "vestir como a mí me gusta." De siempre me ha gustado el fútbol; en el colegio era lo único que hacía en los recreos. Mis padres nunca lo han podido aceptar porque es "un deporte de chicos", así que me he tenido que conformar con jugar en los patios de recreo, porque nunca han querido apuntarme a un club. Ya sabéis, me gusta hacer "cosas de chicos" y mis padres, eso, son incapaces de aceptarlo. Les encanta insultarme, compararme con algunas chicas, con su forma de vestir y de "actuar como unas señoritas". También les gusta mucho hacer que me cambie de ropa antes de salir de casa porque "¿dónde vas con esos pantalones cortos que pareces "una" futbolista? en verano, o "¿dónde vas con ese abrigo que es tan poco femenino cuando sales a dar un paseo con nosotros?" en invierno. Así siempre. Y cuando me niego a ponerme otra ropa diferente a la que llevo, se cabrean y empiezan los insultos.

Hay miles de anécdotas más para contar pero no acabaría.

Si algún día se me vuelve a dar la oportunidad de escribir en este blog, las podré ir contando.

Pero bueno, no hemos venido a esta vida solo a centrarnos en los problemas, sino a buscar soluciones. No os voy a engañar. Yo he tocado fondo. Estoy saliendo, pero me he hundido mucho.

Se puede salir, ¿lo sabíais? Por muy negro que lo veáis. Solo hay que estar atentos a las señales que manda la vida, y saber aprovechar las oportunidades que cada día se nos brindan. Hay veces que son pequeñas oportunidades para hacer pequeñas cosas, pero ocasionalmente, vendrá una gran oportunidad, una de esas irrepetibles, y habrá que saber aprovecharla. También os diré que no es fácil. Ni saber identificarlas y cogerlas al vuelo. Pero cuando aprendamos a hacerlo, será algo muy satisfactorio, y que nos hará mucho bien, aunque al principio creamos que nos hemos equivocado.


Yo he necesitado muchos alicientes para seguir adelante. Por ejemplo: quiero ser médico, y dado que es mi sueño, voy a por él; o… estoy aquí para ser feliz y no para sufrir por lo que me digan mis padres o los demás, porque tengo 16 años y empiezo a poder llevar las riendas de mi vida… y así. Buscar algo que te motive, que te invite a disfrutar las miles de aventuras que te depara el destino, a sabiendas de que algunas seran buenas, y otras, seran aprendizajes que en el momento muy seguramente no sepamos ver. Pero también hemos venido aquí a aprender, ¿no?

Julián, (y también su mujer) han sido piezas fundamentales para construir este puzzle lleno de incognitas e incertidumbre. Gracias a ellos estoy saliendo de ese pozo "sin salida" del que os hablaba antes. Con sus testimonios, sus vivencias, y sobretodo con sus corazones y mentes abiertas han conseguido lo que parecía imposible; que yo, sí, yo, viera esa "luz al final del tunel" de la que tanto se habla. Poco a poco. Permitiéndonos (todos) tener días malos. Pero sin permitir que todos los días se conviertan en ello.

Bueno, que me enrollo…

Lección de hoy: seguid adelante. PASE LO QUE PASE. E intentad vislumbrar, el camino de la felicidad, (el cuál, os adelanto, se va construyendo día a día… porque conseguir ser feliz no es una meta final, sino una meta continua que hay que ir alcanzando día a dia, insisto, permitiéndonos tener días malos para saber apreciar los buenos).

-N…

Un día muy completito el de ayer. Nos visitaron un "alma libre" y dos "resucitadores de almas"

  Es cierto que hay días, y más aún si es al inicio de semana que pesa todo y cuesta hasta levantar las cejas. Pero ayer no fue uno de esos ...