domingo, 21 de junio de 2020

MARTA (una madre / la primera colaboración) BIENVENIDOS

Hoy os presento a una madre, la primera colaboración para el blog, que es de todos. Gracias Marta.


Buenos días Julián. Tal y como me has pedido te mando una mini presentación y algunas reflexiones por si las quieres publicar en tu blog. Perdona que no te lo envíe en word pero en este ordenador no tengo office, aunque no creo que ello sea óbice para poder escribir.
Decirte que me he leído tu post sobre la culpa, en el que hablas de tu padre y sobre la diferencia entre las palabras culpa y responsabilidad y he decir que estoy totalmente de acuerdo contigo.

Empiezo con la presentación. Mi nombre es Marta y hace apenas unos días entré en esa edad que algunos llaman la edad de oro y que tiene un cinco delante. Tengo un hijo de catorce años, Gonzalo, que es lo que más quiero en mi vida, aunque he de decir que está en plena adolescencia y que eso conlleva más de un choque, aunque de momento salvo por algunos disgustos que tienen que ver con sus estudios, no me ha dado mayores problemas. Gonzalo ya sufrió desde pequeñito y como tú bien dices en tu post, la culpa es una emoción fuerte y tóxica que nos ciega ante las evidencias y circunstancias de la vida. A los quince días de nacer fue ingresado con una fuerte bronquiolitis. Siempre he pensado que además de aquellos ángeles salvadores del hospital, tuvo uno fundamental que fue mi madre. De no haber venido aquella mañana, quien sabe..., porque la pediatra el día anterior decía que estaba "bien". Y por si fuera poco con dos añitos se partió las dos piernas. Durante años, me torturé pensando que podía ser mi culpa, hasta que su traumatólogo dijo que dado todos los inhaladores que le habían puesto de pequeño sus huesecillos se habían resentido. Y ahora es mi "peque", ese niño que mide más que yo y que me trae de cabeza con sus estudios

Las semanas de confinamiento me hicieron ver cuánto le necesitaba y cuanto me estaba perdiendo de él. Un montón de horas fuera y luego llegar a casa a continuar...sin darle toda la atención que merece.
  A veces me pregunto si toda esta pesadilla que nos ha tocado vivir nos ha enseñado algo. Durante las primeras semanas la solidaridad hizo un gran acto de presencia, e incluso llegamos a pensar que podíamos ser mejores personas y seguro que algun@s lo hemos y han conseguido. No lo niego, pero es cierto que hay veces que pensamos que todo esto ha sido una película, y de repente vuelves a ver el egoísmo de antes. Personas que se pelean en el metro, porque no se han leído las indicaciones a seguir, o personas que siguen sin ayudar a otras por miedo " a contagiarse". Ojalá toda esta situación nos hubiera ayudado a hacer un análisis dentro de nosotros mismos, a darnos cuenta, que ha tenido que venir un virus, para enseñarnos a vivir, para no dejar las cosas para mañana, para no acallar los sentimientos, para mostrar, aunque "no se pueda" los besos y abrazos que tenemos guardados, para mostrar nuestro agradecimiento cada día por ver un nuevo amanecer.
 Pero a pesar de ello, no lo hacemos y hablo por mí. Hace varias semanas me incorporé a trabajar. Aun a pesar de todo el estrés me había prometido tomarme las cosas con calma, y no enfadarme ante determinadas situaciones y sin embargo, no lo he hecho. Este fin de semana me he parado a pensar, si merece la pena quebrarse la cabeza por determinadas situaciones y sobre todo si tendré la valentía de afrontarlas. Y la respuesta que me doy es que si, por muy doloroso que pueda resultar, a veces tomar ciertas decisiones, pero a veces si permitimos que las circunstancias o incluso ciertas personas resten en nuestras vidas, al final estaremos tan abatidos y con tan pocas ganas de luchar que dejaremos a un lado lo importante.
 Llega un momento en el que te preguntas hacia dónde vas, en que te has equivocado y si determinadas acciones las podías haber evitado. Y al final te das cuenta de que todo es un aprendizaje y que la vida es ese arte en el que siempre seremos aprendices. Lo único que espero es que toda esta situación, de la que culpamos a quien sabe que.., nos haya enseñado a que hemos de pasar por la vida y no la vida por nosotros. 
Donde el corazón te lleve, Susana Tamaro
Como dice Susana Tamaro en su libro debemos ir donde el corazón nos lleve, porque al final lo hará, o al menos eso pienso yo, por el camino de los sueños, de la bondad, del no juzgar, del no culpar, del de agradecer, y del de compartir con todas esas persona,s que han perdido tanto con este virus, todo su dolor. La vida es una continua obra, y ser responsables de cómo puede ser de ahora en adelante solo depende de nosotros. Ojalá todo esto, y los días venideros nos enseñen a saber quiénes somos y hacia dónde queremos ir.
Marta

1 comentario:

  1. Gracias Marta, por tu aportación. Verdaderamente pienso que lo que nos falta es un poco de reflexión, de pensarnos más, de seguir creyendo en el ser humano. Aunque a veces se torne un poco difícil. Seguimos colaborando.
    POR CIERTO, se admiten comentarios. GRACIAS.

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