jueves, 18 de junio de 2020

ALGO QUE NO SABEN

NO ME PREGUNTÉIS DE DONDE VIENE EL ORIGEN DE ESTA REFLEXIÓN, ME LA ENCONTRÉ DESPUÉS DE UN DÍA NO MUY BUENO, MEJORABLE, ... sólo la dejo aquí para que nos haga pensar... NADA MÁS. No pretendo nada con ello, sólo eso pensar. PONGÁMONOS A PENSAR. ¡Qué falta hace!

"Comprendo muy bien la situación, y soy consciente de que todo está bien. Todo está dejado y nada va a ir más adelante. Estate tranquilo, que nadie va a hacer nada, pues todo está bien.


Pero voy a aprovechar la ocasión que me brinda el poder hablar contigo, y que me leen tus padres, o espero que así sea, para contarles algo que no saben, pues no les voy a descubrir a ninguno de ellos lo buen chico que eres, que has sido, y que vas a ser toda tu vida, pues ellos así te han enseñado; no les voy a descubrir nada sobre el respeto que les tienes, pues así te han enseñado a respetarles, tal y como ellos te respetan; no les descubriré nada si digo lo importante que son todos y cada uno de ellos para ti, así como tú para ellos, pues me consta que los quieres y que te quieren; no les voy a descubrir nada si nos ponemos a recordar cada uno nuestra juventud y adolescencia, y de esos pequeños achaques de rebeldía, que pretendían ser una llamada de atención para mostrar que queremos ser nosotros mismos, y que vamos forjando nuestra personalidad tal y como la vida nos lo va poniendo (para ninguno ha sido fácil, no iba a ser fácil para ti ahora).

No les voy a recordar lo que ya saben, que todos estamos aquí para procurar ser felices y hacer felices a los demás, pues en eso consiste nuestra SER, y que es Dios mismo el primero que nos quiere así, nos ama y nos demuestra su amor, primero en la familia.

Que todos necesitamos a veces toques de atención y oportunidades que nos da la vida para intentar que no se nos pasen, y luego no sirva de nada culparse de que no supe verlo; el pasado es el que va forjando nuestro ser y nuestro futuro.

Y las normas Nano, están para cumplirlas, es ley de vida y de todas las casas. La primera norma es el respeto y quiero que sepas que es lo primero que tienes que hacer RESPETAR, tanto o más cuanto te respetamos a ti los mayores.

Y así con todas y cada una de las normas que debe haber en cada casa para la marcha normal de un hogar; todos necesitamos normas, también los mayores, te vas a pensar tú que esto de ser padres es fácil.

Pero también sabemos que no es nada fácil lo de ser joven, sobre todo porque lo hemos sido, y hemos sido transgresores, y nos ha esperado un castigo a la vuelta a casa, porque nos lo tenemos merecido, siempre y cuando los castigos son acordes con la norma quebrantada, así lo hemos vivido también todos en nuestra vida.

Me gustaría seguir recordándote cosas que ya sabes, pero precisamente si ya las sabes, no tiene sentido continuar por aquí.

Muy bien, vamos al meollo de la cuestión, tú sabes muy bien cómo empezó todo, y que lo que yo te he dicho desde un principio. Ten paciencia, ve despacio, controla tus impulsos (pues todos los hemos tenido a lo largo de nuestra vida); pero no puedo dejar de pensar en el momento por el que hemos llegado aquí, y que no ha sido tu corte de pelo.

Todo esto empieza una mañana fría y húmeda que me dijiste lo que estabas haciendo, y que llevabas un tiempo haciendo y acentuándose en las últimas semanas (imagino que algo tiene que ver el confinamiento) de hacerte daño, y que casi te salía inconscientemente, al ponerte nervioso. Por ahí buscaste ayuda profesional para contarle lo que te afligía; y creo que logramos tranquilizarnos todos con esta situación. No tengas miedo en reconocerlo, pues tus padres y todos lo que queremos es ayudarte, y que nadie salga perjudicado, exactamente eso. Por reconocerlo abiertamente, como hiciste conmigo en privado, sólo te digo que se gana más que se pierde. Todos queremos que estés bien y que no sufras más, por nada; y queremos que no se vuelvan a repetir esos episodios, y menos tus padres.

Pero quizá lo que no saben tus padres, es que tienes miedo de decírselo para que no se sientan culpables, efectivamente porque no hay ningún culpable, y no se trata de buscar culpables sino de buscar soluciones.

Y el primer paso es reconocer lo que te ha pasado por la cabeza. Que yo sé que es muy duro oírlo de un hijo, pero que es mejor expresarlo, pues un sentimiento de culpa encerrado en uno mismo, bajo presión, y con miedo puede salir por donde menos lo esperas; y luego no cabe más que darse golpes en el pecho y llorar, cuando la solución es bien fácil sin que nadie salga perjudicado.

Eso que no saben tus padres, debes decírselo tú mismo, con tus palabras, que te oigan a ti, y no ha de ser nadie que te haga las veces de hijo que en este caso te toca a ti. Precisamente porque no queremos que se repita. Esto que lo sabemos todos, tus padres necesitan conocerlo de ti, y que sepas que así no va a sufrir nadie ningún infarto por poner nombre a lo que hay.

Lo que si que puedo aportar en este punto es que para salir de esto necesitas todos los apoyos que te podemos aportar, y más aún a tu familia. Nadie podrá nunca sustituir a un padre bueno y entregado como Antonio, ni a una madre como María. Son tus padres y siempre van a estar ahí. También tienes el Instituto, muy importante el apoyo profesional que te pueden dar, a los profesores (a los buenos ;) y a tus amigos que no odian a nadie, sólo te extrañan y te admiran; y ya les gustaría a muchos tener unos padres que te acompañen y se informen para saber cómo acompañarte y que no vuelvas a sufrir tanto, bajo tanta presión que vuelvan esos pensamientos tan dañinos.

Todos tenemos que aprender, yo también estoy aprendiendo, y mucho. Lo que sé también es que es mejor aprender con libertad, con comprensión, con normas y con castigos proporcionales, pero se aprende en relación y con los amigos y la familia, vamos con los que te quieren de verdad. La limitación de libertad y de privacidad está bien clara en la constitución y en la biblia.

Y Dios no quiere que nadie salga perjudicado, por mucho que nos empeñemos los hombres en ponerle trabas y buscar tropezar las más de las veces con la misma piedra.

Eso, sí que no podemos creernos Dios y hacer o deshacer con nuestra vida. Por ahí me gustaría que te quedase claro que no es buen camino, que el autolesionarte nos es la mejor vía de escape. Y todos tenemos necesidad de buscar esas válvulas de escape; ojalá los mayores sepamos ofrecerte la libertad que merece cualquier ser humano, con sus medidas correctivas, pero también dejando un resquicio de desfogue, pues no queremos que la olla explote por exceso de presión.

No tengas miedo a decir todo a tus padres, la verdad es lo primero. El miedo también cuéntaselo, pues así sabremos a qué atenernos si es que en cierto momento decides dar un paso en falso. Y, vuelvo a decir, no vale buscar culpables; yo al menos no me siento así, y no pienso buscarlos; en todo caso tú mismo Nano, eres responsable de tus actos, y tienes que asumir las consecuencias (siempre y cuando sean proporcionadas al error cometido). Pero no dejes nunca de hablar por miedo, mide tus palabras, porque con ellas podemos hacer mucho daño; y no es lo que buscamos. Pide ayuda, como has hecho, y si te dejas ayudar tienes nuestro apoyo. Pero habla abiertamente de tus miedos y arrebatos.

Los manicomios estarían a la orden del día, si tuvieran que encerrar a todos los que en algún momento han tenido ideas suicidas. Sin embargo, también he de decir que todo aquel que ha tenido un mínimo flash de quitarse de en medio, cuando vuelven a repetirse situaciones de estrés, es muy fácil volver a tener dichos pensamientos. La presión no es buena y actuar bajo presión menos. Así que primero toca relajarnos, hablar, tomarnos un café y después de respirar profundamente 10 veces, o las que haga falta, y actuar o tomar decisiones, para mejorar la situación presente."


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