Buenos días en este caluroso día de agosto. Aunque es domingo y como dice Julian es día para descansar, no quiero dejar pasar el día de hoy sin escribir, sin dejar fluir lo que llevo dentro. Antes de nada felicito a Nico por sus post. Es curioso como las palabras nos pueden hacer reflexionar y hacer que salgamos de nuestras zonas de confort, en las que nos mantenemos por no ser capaces de afrontar nuestros miedos, nuestros absurdos miedos.
Otro día hablaré de mi experiencia en ese campo, pero hoy voy a hablar de mi experiencia en otro campo de la vida, el de la enfermedad. Ayer, por segunda vi una de las mejores películas que haya podido ver a nivel de superación personal, de lucha y sobre todo de lucha contra uno mismo. Otro día , dado lo cinéfila que soy, hablaré de otras muchas películas que supusieron algo importante en mi vida, pero hoy voy a hablar de "100 metros".
No sé cuantas de las personas que puedan leer esto la habrán visto, pero trata de una persona, de hecho, está basada en un hecho real, a la que le diagnostican esclerosis múltiple. Pero la película muestra como, cuando te dicen que no vas a poder hacer algo, al final esa capacidad innata de lucha que todos tenemos dentro de nosotros, se desata con fuerza y les demuestras a todos los que te dijeron que no podías, pero sobre todo a ti mismo ,que eres un luchador nato.
Salvando las diferencias, yo también padezco una enfermedad autoinmune, llamada artritis reumatoide, que va degenerando las articulaciones y tiene otros "efectos secundarios" entre ellos, por ejemplo, no puedo llorar, no tengo lágrimas, pero eso ahora no importa . La primera vez que vi esa película la emoción ( porque el amago de llorar evidentemente lo puedo hacer) me embargó. Estaba en plena crisis existencial y en pleno brote. Recuerdo cuando oía cosas como que no "podía coger un cepillo de dientes" o era incapaz de atarse los cordones. Yo estaba viviendo lo mismo. Sabía distinguir perfectamente las etapas: negación, rabia, impotencia, fases del duelo ,como dijo un día la reumatologa. Veía la película , y me apuntaba esas frases que me identificaban como por ejemplo "vivir con un pie en la tierra y otro en el aire", como que la vida te cambia en un segundo, la palabra"brotes" ( muy de moda ahora por desgracia), todo lo que hacia que me lamiera más mis propias heridas. "Lloraba " de impotencia cuando, después de un entrenamiento tan duro por parte del protagonista de la película, un maldito brote,le dejaba sin cumplir sus sueños.
Durante meses, me estuve preguntando que había hecho tan mal en la vida, para tener esta enfermedad. Solo podía imaginarme dentro de unos años en silla de ruedas, o con una muerte precoz , además de pasar un mal día , el día que me tocaba la medicación más fuerte. Aquella primera vez, no me quedé con esa frase en la que uno de los enfermos dice " no te enfrentes a ella, a tu enfermedad, porque te acabará ganando". "La tienes que ver como tu mejor enemiga, como una mala compañera de baile, solo tienes que tener cuidado para que no pise". Y yo me seguí enfrentando a ella. Era triste no poder hacer ninguna actividades tan básicas de la vida diaria, como girar una rueda de una lavadora o peinarse... Vestirse era toda una lucha en pleno brote. Jamás deje de trabajar y me levantaba tres horas antes para poder vestirme, y arreglarme.¡ No iba a poder conmigo¡, no me iba a quedar tumbada en un sofá lamiéndome mis heridas. Los calmantes que tomaba eran fuertes, el hinchazón y los dolores casi inhumanos, así hasta que, tres meses después de haberme diagnosticado, la reumatologa me puso tratamiento. Recuerdo, porque también tiene algo de psicóloga, que me sentó y me dijo:" Esto es como un duelo y vas a pasar por todas las fases de duelo. Cuanto antes asumas que lo tienes , antes lo aceptarás. Tienes que vivir con ella. Puede que estés años muy bien o puede que te dé un brote y no te puedas mover de la cama, así que no te hagas la valiente"El tratamiento te irá bien, pero eso no significa que desaparezca. Salí de allí con mi rebeldía, negándome.., pero el devenir de los meses y el tratamiento hicieron que poco a poco empezara a negociar conmigo misma, otra fase del duelo la negociación, que llevó a la depresión, a cuestionarme todo, y por fin a la de aceptación,aunque reconozco que a veces cuando mis manos están hinchadas, porque sobre todo me afecta a las manos, me derrumbo un poco.
Ayer me propuse ver la película desde la perspectiva de haber alcanzado la madurez suficiente para saber que tengo una fortaleza que quizás no hubiera tenido de no estar viviendo esto. "Lloré lo inllorable", pero me di cuenta que rendirse jamás en la opción y que tenemos una capacidad de superación nata. El ver como una persona con esclerosis, que vive cada día al borde del abismo, fue capaz de completar un thialon y de correr unos cuantos maratones con posterioridad, te hace ver que en la vida tienes dos opciones: o dejarte llevar por la corriente y hundirte en la miseria con el no podrás...dicho por los demás, o quemar hasta el último cartucho y no rendirte jamás. Pero además, la película tiene muchos "efectos secundarios". Nos enseña que hay que vivir cada día, cada minuto, y un ejemplo lo pone cuando está el protagonista con su suegro frente a la montaña y simplemente le dice: "contempla las vistas", porque son una maravilla. Deja de pensar en el mañana, en el futuro. La vida es aquí y ahora. Nadie puede planear y por desgracia , eso se está haciendo más que patente con la "maldita" y perdón por la expresión, pandemia que estamos viviendo a nivel mundial. Tengo la esperanza como le decía Don Quijote a Sancho,de que lo bueno esté cerca, porque el mal ya ha durado mucho , pero las perspectivas por desgracia a día de hoy, no son nada optimistas. Lo que hace que ese famoso "Carpe Diem" o vive el momento, se haga todavía más intenso, porque como se decía ayer en la película, todos tenemos una enfermedad degenerativa llamada vida, y lo que nos perdamos, no lo volveremos a vivir. No tenemos que perder ese niño que llevamos dentro, ni esa pizca de locura, porque los mejores recuerdos, como se decía ayer también, nacen de las ideas más locas.
Como creo que comenté en alguna ocasión anterior, y si no lo hice lo hago ahora, los seres humanos tendemos a vivir en el pasado o en el presente, a base de si hubiera hecho esto o lo otro, o que haré dentro de x..y sin embargo muchas veces no somos capaces de apreciar la belleza de un nuevo amanecer, el olor de un buen café, el tacto de la hojas de un libro, una sonrisa de un niño, el atardecer, las estrellas en la noche. La vida es una obra de teatro en la que todos somos aprendices, y donde cada día nos espera un nuevo reto. Nunca sabemos lo que nos va a deparar el nuevo día. A veces cosas maravillosas ,y otras veces cosas menos buenas, pero por todo ello debemos estar agradecidos, por las primeras, porque nos llevan a ese estado efímero llamado felicidad ,y las segundas porque nos enseñan incluso a ser mejores personas. Una mañana de diciembre me dijeron que mi vida no iba a ser igual, que tendría que medicarme de por vida, que mi sistema inmunitario se había vuelto en mi contra ,y aunque me costó ,aprendí de todo ello que era más fuerte de lo que creía, que tenía que exprimir cada minuto de esta vida efímera, y vi que tenía que estar agradecida a Dios, al universo y a la vida por tener la familia y los amigos que tengo, que como en el caso de la película de ayer, siempre han estado ahí, para lo bueno y para lo malo, sufriendo cuando me veían sufrir, sobre todo las personas a las que más quiero en este mundo: mi hijo, mis padres y hermanos.
Y el otro" efecto secundario" de la película nos hace ver como dos personas que no se llevaban nada bien, pueden acabar comprendiéndose ,y sobre todo ayudándose mutuamente, porque los dos, tanto suegro como yerno, en esta ocasión pasan de "un casi odio mutuo" a darse cuenta de que no se habían tomado la molestia de conocerse, y es esa enfermedad y el entrenamiento posterior, el que los une a los dos en una vida, en la que los dos saben que la suerte en la vida es algo relativo, cuando le dice el suegro al yerno : "si supiera que con tu enfermedad voy a ser capaz de borrar todos los sentimientos que tengo ", ( ya que era viudo), me cambiaría por ti ahora mismo ,sin dudarlo. Es decir , nos estaban mostrando dos clases de sufrimiento, y por supuesto la capacidad de sonreír ante las peores tempestades de la vida.
Por ello a pesar de todos los avatares de la vida, y de todas las tormentas perfectas que nos puedan acechar,rendirse no es la opción.
Feliz domingo : CARPE DIEM .