domingo, 6 de abril de 2025

Podcast 6 de abril, KIT de Supervivencia del Profesor de Religión

 
 Todo comienza con un proyecto, con una ilusión,
y ya luego vienen los tropiezos
y las desafecciones,
o aquello de no era Oro todo lo que reluce, ¿verdad? 
 

Pues eso mismo me ha pasado hoy mismo... quiero empezar mi camino, mi camino empezó hace más de 50 años en un pequeño pueblo donde se reían de , por el pelo, por las gafas, o por mi manera de ser buenazo... todos se aprovechaban, pero eso me daba igual.  

Vamos a partirles la cara y así y todo se podrá decir que hemos avanzado en la senda de los escocíos... 

No sé si habéis tenido la experiencia de caminar, iniciar con ilusión la marcha por un camino más o menos transitado, y no estoy hablando de salir a dar un paseo al atardecer, o al amanecer...  

Hablo de una buena peregrinación, sin coche de apoyo, ni empresas de transporte que te lleven la mochila de un albergue a otro. Que no os lo creéis, pues lo yo mismo, el pasado verano que me tocó ir a por Maite (mi hija) a la segunda etapa del camino de Santiago, que iba a hacer con su equipo de Baloncesto, porque se había hecho daño en la rodilla, y me tocó asombrarme con la montaña de mochilas acumuladas en el hall del albergue, que se quedaban ahí hasta que las recogieran la empresa que se dedicaba a llevarlas de un albergue a otro.  

O sea que no estoy hablando en figurado... Sé de lo que hablo, y así sí que me planteo volver a hacer el camino de Santiago, a mi edad, o incluso para más adelante. O en bici, o en caballo... aunque como lo deje para más adelante, más bien me tocará hacerlo en carreta... 

No estoy muy seguro de si alguien escuchará esto, o lo leerá, por eso mismo me puedo permitir el lujo de meter de vez en cuando algún gazapo, para ver si aquellos pocos que lo hacen, si son capaces de distinguir las intencionadas meteduras de pata... Así que desde ahora advierto de la autoría y conciencia de los mismos, y sólo que los tengo apuntados, para que cuando esto haga el sorpaso de nuestras limitadas fronteras, puedan ser corregidas... Así que quedan advertidas las mentes pensantes que están a la caza de bulos o gazapos... Que sigan cazando, y así me lo hagan llegar, como hasta ahora... Un beso a todos. 

Por otra parte, me hace gracia la ingenuidad de mi equipo directivo cuando me piden prudencia ante la próxima aparición por mi instituto de carteles para invitar a los alumnos que están en esa nube de nadie... a que se apunten a mis clases. Estas clases en las que seguimos investigando sobre nuestros propios intereses y averiguaremos qué es lo que queremos aprender del camino de la religión, de mano de este manco y tuerto profesor... 

Tengo que ser capaz de hacer ver que el camino no es fácil, pero para nadie, tampoco para este iluso profesor. Como no lo es para ningún padre/madre de familia. ¿O no es así? Todos estamos inmersos en varias peleas. 

Pues bien, después de esta amplia introducción, quería dedicar este post, a describiros cuál es el KIT de SUPERVIVENCIA del profesor de Religión. Por ahora empezaré por lo que llevo yo en mi espalda, para que no quepa duda de que también voy preparado para cualquier contingencia... Aunque luego la realidad siempre nos puede sorprender, como lo hace siempre...  

Pero hasta para esto hay que estar prevenido, nunca vamos a estar lo suficientemente preparados para todo lo que nos encontramos durante nuestro camino, deambular por los pasillos de nuestras clases, o por los caminos de la vida. A todos nos ha pasado.  


Así que empezaré por lo último que yo he averiguado que he de llevar siempre, y es mi capacidad de asombro, ante todo lo que veo (a veces se me cuelan también muchos detalles, para ello siempre hay muchos más observadores que yo); y junto a la capacidad de asombro tengo que llevar la sorpresa y la respuesta ágil e imaginativa para poder atajar cualquier imprevisto. Y aun así habrá momentos de quedarnos con los ojos abiertos como plato y la boca abierta para intentar captar toda la realidad que nos desborda... ¿¿¿A que sí??? 

No vamos a asustarnos, aunque a veces la realidad dé MIEDO, pero no podemos caminar si estamos atenazados por el MIEDO o la PAURA (en italiano). Si con prudencia, pero no atemorizados, ... De hecho, hay muchas familias burbujas, creadas como artificio para evitar enfrentarnos a la realidad. Intento huir cuando algo así siento que me está invitando a acaparar mi atención. 

Pues vamos a nuestra propuesta. Voy a vaciar los bolsillos de Doraemon, parece que de aquí sale de todo... pues siempre es bueno llevar: unas tijeras, un sacapuntas, una regla, unos colores, unos lapiceros, bolígrafos, típex, clínex, ... porque en mis clases también se moquea, o incluso se llora, aunque procuro que sea de la risa... 

Llevo siempre un buen libro, o dos, a veces me apetece leer algo más ligero, y otras algo con un poco más de enjundia. Y si no siempre está el móvil, donde llevo dos o tres libros en ristre en alguna de las aplicaciones de las bibliotecas, o de MADREAD, la verdad es que es todo un lujo. Ahora que nos quieren retirar las pantallas de las aulas y volver al papel... Pues no sé. 

Llevo mi mochila llena de chapas (del teatro, por ahora) y de llaveros, porque cada uno de los colgantes tienen su historia, y como todos, voy cargado con mis historias, que en ciertos momentos hay que volver a recordar. Cada nombre, cada historia que ha ido conformando mi historia. Mochila que arrastras o que te complementa y te hace ser lo que voy siendo... 

En esta mochila hay un gran hueco siempre disponible para poder llevar la comida, o cualquier objeto que se precie para que no me falte de nada en mi día a día. Ahí también va mi hueco de mi tiempo para mí, cuando lo necesito, o si alguien lo necesita. Un bolsillo para poder llevar la batería de repuesto, o el cargador,... Que bueno sería llevar también una radio, con una buena antena para poder captar hondas, de otros lugares... 

Mi mochila yo la comparo con la de los que llevan las radios en las películas de guerras, creo que debería ser eso mismo, poder ponernos en comunicación con los de cerca, y con lo de no tan cerca. Mi mochila habla de mí, habla por mí, y si te fijas también te habla a ti. Tienen mil historias que contar, porque al menos esta, ahora mismo me acompaña a todos los lugares. Habla de la persona que me la regaló, porque también fue un regalo, como muchas de las cosas que llevamos en esta vida, un regalo para no perder, un regalo para compartir... 

Yo considero que un buen KIT DE SUPERVIVENCIA de un profesor, cualquiera, o casi de cualquier persona que se atreva a ponerse en camino debería ser llevar una sonrisa como principio, pero claro eso no se pinta, y no es de quita y pon.  

Lo que me llama la atención es que me digan (profesores, no tanto alumnos) que qué bueno que me ven casi siempre con una sonrisa, y es que no me veo la cara, pero es que me encuentro bien, me siento a gusto y soy transparente porque no sé ser de otra manera.  

Aunque he ido aprendiendo a disimular ciertas circunstancias que otros pudieran aprovechar para hacerme daño, también soy un superviviente y voy aprendiendo, siempre en la vida seguimos aprendiendo, yo también de mis alumnos, verdaderos supervivientes... 

Y no he hecho más que empezar... Además de ir recogiendo los restos de la batalla en la que vamos atravesando, deberíamos tener siempre un buen botiquín, pero no sólo para poner tiritas, un buen desinfectante que aleja de nosotros los agentes externos que nos quieran herir.  

Una buena aguja que cosa los desgarros, un buen cicatrizante que muestre nuestras anteriores batallas, y un buen analgésico que nos alivie el dolor que cuando aparezca nos pueda permitir seguir el camino... Aunque a veces sea necesario parar y descansar para tomar un nuevo impulso. 

Pero me he dejado lo más importante para el final, no te olvides jamás de coger tu mochila, de echártela al hombro y salir al camino, con ganas renovadas de avanzar, aunque pese, aunque duela, aunque hoy no tenga tantas ganas, una vez que te pongas en camino te puedo asegurar que te sentirá satisfecho porque ahí encontraras otras tantas mochilas como las tuyas, o peores, y en el camino os podréis aliviar unos a otros. 

 Y si te toca caminar un tramo en soledad, no te preocupes, algo se está pergeñando para no dejarte indiferente, algo grande tienes preparado, sigue caminando que es la única forma de crear tu camino... 

Y para rematar, no quiero dejar para otra ocasión, el tomar la frase de un periodista y abogado que escribe, refiriéndose a una película que se acaba de estrenar... 

...Porque "aparte de hablar, hay que hacer" CAKE MINUESA,

puesto que ahí se nos conocerá de qué pasta estamos hechos. 

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