lunes, 10 de marzo de 2025

profesor, padre y acompañante

 En primer lugar, presentarme como profesor, padre y acompañante en el camino. 

Estamos viviendo unos días un poco locos, agobiados por el sinfín de exámenes y el cúmulo de trabajos que nos quedan pendientes para poder aprobar todas las asignaturas.  

Pero la asignatura de la vida nos pone contra las cuerdas. Haciéndonos ver que siempre podríamos haberlo hecho mejor. 



No quiero dejar de pasar la oportunidad para dar la enhorabuena a los profesores que se esfuerzan por hacer que sus alumnos despierten y sean críticos. Para que sepan defender sus derechos y hagan todo lo posible y lo imposible para que seamos críticos ante la manipulación y el seguidismo. Es cierto que hace falta despertar de nuestro aletargamiento. 

Pero cuidado con despertar a la bestia, que se nos puede comer... 

Bueno yo pienso en positivo, y quiero ver la cara buena de esta situación, aunque se está desbocando.  

Quiero ver que somos personas civilizadas, en un mundo civilizado, y que no quiere hacer daño a nadie, sino que quiere ayudar a progresar nuestra sociedad y nuestra humanidad herida en el alma, y no crear más heridas de las que ya tenemos.  

Sino curar, sanar y no sólo poner paños calientes, sino retirar todo lo podrido de esta herida abierta, para que pueda curar bien.  

Y no hacernos más daño, puesto que lo último que necesitamos es ir contra nada ni contra nadie.  

Sino más bien intentar construir un futuro mejor del que nos encontramos, algo muy de scouts, y que siempre he admirado de todo aquel que ha defendido una ESCUELA PÚBLICA y DE CALIDAD, para buscar lo que sume, y no lo que nos hace disminuir. 

Pero hay quien dirá que qué tengo yo que ver en todo esto. 

Perdón, ya me gustaría a mí no tener nada que ver. 

Pero me han señalado con el dedo. Desde el momento que me han puesto el dedo en la llaga gritando mi nombre por un megáfono delante de la puerta del instituto.  

Pero que si queréis me callo, bueno no. Si no queréis escucharme os tapáis los oídos. Porque me toca hablar. Tengo derechos y quiero ejercerlo 

Para todo aquel que quiera escucharme, y el que no pues que se marche, y quizás el que sobre en el instituto sea él. 

Yo quiero construir algo bueno, bonito, y barato (para que no me lo tire pa trás el secretario). Y construirlo no para mí, que no tengo futuro, más allá de la jubilación, sino para los alumnos. Para ellos quiero una EDUCACIÓN de CALIDAD; y no la mierda que nos quieren vender los politicuchos de uno y otro extremo. 

No quiero sindicatos muertos de hambre, e inactivos, que ven este instituto como una oportunidad para darse ellos cera y aparecer en los medios y en las redes, cuando no tienen relevancia ninguna. Y os utilizan a algunos para así parecer que tienen voz y voto, y lo que no tienen es ni cara, ni vergüenza.  Ni voz ninguna porque vociferan echando fuera de su propia porquería, de la que no sale sino un tufo populista y que salpica a todos los que se prestan a hacer de seguidillas y plañideras. 

Pero allá cada uno con su vida, donde pone su énfasis y su voto. Yo no quiero que me manipulen y quiero formarme mi propia opinión, que la tengo y me la callo, porque no quiero que me acusen de manipulador. Yo que quiero que cada niño y cada familia tenga su opinión y defienda todo lo que les corresponde.  

Quiero tener esa libertad y quiero dejar esa libertad a mis alumnos para que juzguen por sí mismos, a los que, por sus propios actos y resultados, los conocerán. No quiero lucha ni enfrentamiento, pero sí quiero romper una lanza, por los que estamos callados y cansados de tanta manipulación.  

No seré yo quien dé lecciones de esto mismo, porque en mi vida siempre he procurado huir de esto mismo. Y he logrado aprender a base de caerme y volver a levantarme. Sabiendo que nunca, nadie tiene toda la verdad, porque somos humanos y nos tira más el orgullo y la cara dura, antes bien que el interés general. 

Pero es que somos de carne y hueso, no trogloditas, ni humanoides sin corazón. Aunque a algunos parezca que les falte el pulso. Todavía corre sangre por nuestras venas y podemos decir que todavía podemos sentir el corazón que late al unísono, al igual que el que tenemos al lado. Ninguno somos de sangre azul, ni somos tan diferentes, por muchos adornos que nos pongamos por fuera.  

Somos, tristemente hay que reconocerlo, por mucho que nos avergüence, una caricatura que hay que adornar de ropajes y máscaras, para creernos diferentes del de enfrente. Nos va más, la diferencia que lo que nos asemeja. Y sin perder el respeto a ninguna de las tradiciones culturales y religiosas, he de decir que me gusta más saberme igual que mi hermano musulmán, budista o judío, antes bien que quedarme sólo en la cáscara que nos hace diferentes en el exterior, pero todos necesitados de llenar un vacío que hoy día es palpable y patente, más aún cuando ponemos el acento en lo que nos diferencia. 

Pero vamos que todavía habrá quien me lo rebata e intente negarme la mayor.  

Y ya me gustaría no llevar razón, pero creo que hay intereses creados, y no aquí entre nosotros, en hacernos más diferentes que iguales. 

Cuando este centro se ha cateterizado por las buenas maneras y el respeto, y el progreso en muchos momentos, hoy quieren venir de otros lugares a intentarnos convencer que lo que vale es la diferencia de un color, de un olor o de un calzado.  

Pues allá los que quieran hacer seguidismo de estas consignas, por mi parte, les digo que no cuenten conmigo, y que quien quiera verlo esto desde otro punto de vista que se sume a  

Para buscar soluciones, y no más enfrentamientos estériles e inútiles, que lo único que hacen es dar un buen caldo de cultivo a extremismos y radicalismos que no nos hacen ningún bien a ninguno, ni a las familias, ni a nuestros alumnos. 

Y no me agacho la cabeza y no me escondo, de ahora en adelante, tenéis mi puerta abierta, del departamento de religión, de mis clases, o de allá donde me encuentre.  

No podemos seguir así, y somos muchos los que estamos preocupados de la deriva que está tomando todo esto... 

Necesitamos espacios de pensamiento común donde pongamos en común nuestras preocupaciones y donde podamos poner encima de la mesa una serie de acciones conjuntas a tomar, para que esto no se nos vaya de las manos.  

Porque los radicales tienen una buena hoja de ruta de por donde actuar, y lo están siguiendo al pie de la letra. 

Yo tampoco sé muy bien qué hacer, y necesito consejo y asesoramiento de alguien que sepa más que yo.  

Estoy buscando luz en medio de tanta oscuridad.  

Y acepto consejos, pero no buenismos ni ingenuos.  

Quiero hacer algo y pronto os podré decir qué y cómo, porque hay gente que desde fuera también está interesada en que esto no suba en la escalada de nerviosismo y violencia que se está empezando a desatar. 

Pero bueno, hay una luz, y todos estamos buscando la salida.  

Así que sumemos fuerzas.  

Audio en spotify

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, respeta al autor, y siempre se puede comentar, aportando algo más, nunca para restar o menospreciar.

Podcast 6 de abril, KIT de Supervivencia del Profesor de Religión

    Todo comienza con un proyecto, con una ilusión, y ya luego vienen los tropiezos y las desafecciones, o aquello de no era Oro todo lo que...